Esta es la historia de un muchachito que tenia muy mal carácter.
Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia,debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta.
Las semanas que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos.Descubría que era más fácil controlar su genio que clavar clavos.
Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día.Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.
Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta. Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta.Le dijo: has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos estos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves.
Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastarás, y la cicatriz perdurará para siempre.
Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.
Es cierto, hay cosas que uno dice ó hace que no tienen vuelta atrás... Además, personalmente me encanta la gente con buen carácter.
ResponderEliminarNoooo.. esa es la diferencia entre una puerta (o un muerto vivo) y un hombre! El hombre cicatriza, la puerta no!!! Cuanto mas rapido puedas cicatrizar mejor!! Es como si de repente los militares le piden perdon a las abuelas y las abuelas le piden perdon a las abuelas de plaza de Mayo y ambos SINCERAMENTE se perdonan TODO VA A SER PARA MEJOR! Y así con todo!
ResponderEliminarLos americanos son los primeros en decirte GET OVER IT MAN!!! LET IT GO! (algo asi como Superalo, dejalo ir, ya esta) Y asi no los pueden parar, no hay forma!! Los latinos lo opuesto, sobretodos los italianos, cuanto mas lastimen al prójimo mas contentos se ponen ellos!